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Fuente: www.muyhistoria.es
Ya hace 3.400 años, los pobladores del actual México empezaron a jugar por equipos con una pelota de caucho.
Hace 3.400 años, en la zona que hoy ocupa México, los mesoamericanos comenzaron a jugar en equipo utilizando una pelota de caucho. Más tarde, lo heredaron los mayas, para quienes la pelota simbolizaba el Sol y su poder. No obstante, esta ritual era algo más que un simple juego: el capitán del equipo perdedor era sacrificado a los dioses. En Corea, concretamente en el reino de Shilla, también surgió hace 1.500 años un juego de pelota como estrategia de entrenamiento militar, el denominado chukkuk. El ts'uh kúh o tsú-chú pasó a Japón, donde surgiría ya en la era medieval un juego cortesano que fue bautizado como kemari. En este nuevo deporte, la habilidad sustituyó a la fuerza bruta que caracterizaba a los jugadores chinos. Príncipes y cortesanos se reunían en un patio que hacía las veces de campo de juego -mari-no-niwa- para jugar con una pelota -el ma-ri- confeccionada con piel de cerdo o de ciervo. Antes de empezar, los jugadores deberían bendecir la pelota en un altar. Durante una ceremonia, se rezaba por la prosperidad y la paz mundial. Una vez hecho esto, comenzaba el juego. Jugaban entre 8 y 6 personas al mismo tiempo, pero nadie ganaba ni perdía, sino que solo se disfrutaba del juego. Era una de las características principales del kemari. En cambio, en occidente, los juegos eran bien distintos. Equipos con colores, competitividad, y enfrentamientos con el adversario, como en el caso de las carreras de cuádrigas. Por su parte, los romanos tenían un juego similar la kemari, cuyo objetivo era robar la pelota. |